La Triada es la iniciativa de colaboración entre nuestras universidades -- las tres mejor clasificadas entre las no gubernamentales en América Latina --, una iniciativa que nos permite actuar conjuntamente para aprovechar las oportunidades y enfrentar los desafíos de nuestra región. En el marco de esta alianza, en dos años hemos logrado poner en marcha 55 proyectos conjuntos en materia de innovación educativa, industrias creativas, salud, ciudades sostenibles, combate a la corrupción, nanotecnología, biotecnología, agua, alimentación e impacto ambiental, entre otros. Durante los meses de la pandemia, hemos incrementado el número de proyectos en 30 %. Por ejemplo, en la plataforma Coursera tenemos más de 75 cursos en línea con certificación gratuita, que han resultado especialmente útiles en este momento.
Las tres universidades coincidimos, con entusiasmo y confianza en el futuro, en que América Latina tiene un potencial extraordinario. Reconocemos también que el gran desafío de nuestra región viene de la combinación de los problemas históricos de inseguridad, impunidad, pobreza, desigualdad y exclusión. Cerca de 190 millones de latinoamericanos viven en la pobreza, 30% de la población; más de la tercera parte en condiciones extremas. Adicionalmente, América Latina es la región con la mayor desigualdad del ingreso del mundo. Estos rezagos se han exacerbado con la crisis derivada de la pandemia. Tenemos la responsabilidad inaplazable de ayudar a construir un nuevo consenso que permita enfrentar estos desafíos y recomponer el tejido social.
La pandemia ha profundizado las diferencias sociales, ha afectado en mucha mayor proporción la vida y las oportunidades de quienes menos tienen. La educación y el conocimiento son la única salida para superar las brechas sociales, la polarización política y la desconfianza generalizada. Nuestra esencia es la de un pueblo generoso y afable, ese es nuestro rasgo distintivo en el mundo. Debemos potenciar ese espíritu. Nos corresponde formar líderes que sean fuerza de cambio, que enfrenten nuestros problemas más acuciantes sin sacrificar nuestra identidad. Es el tiempo de la compasión, de conectarnos mejor con las comunidades, de la sostenibilidad, la generación de oportunidades para todos, y el pensamiento crítico y constructivo a la vez.
En este momento de crisis, ante un panorama de incertidumbre y angustia, vale la pena recordar que detrás de cada tragedia hay una bendición y una esperanza agazapadas. Vamos, juntos, a su encuentro.